domingo, 25 de noviembre de 2012

Caminos de corazón y útero

Pañuelo y pulsera de piedra luna, símbolos de  Moon Mother.
Este blog fue creado hace unos días, pero no se había estrenado aún. He considerado que debía nacer hoy.
Hace apenas unas horas que ha terminado el más intenso fin de semana que he vivido nunca.
Este mes de noviembre, llegando al límite del cambio de energía y conciencia al que estamos sometidos (el planeta y sus seres, entre ellxs nosotrxs) ha sido protagonista de mucho aprendizaje por mi parte, todo él a nivel energético, que ha marcado el camino que quiero y al parecer debo seguir. Pero hoy, tras el aprendizaje de este fin de semana, soy plenamente consciente que el camino por el que estoy empezando a transitar es el que siento, el que mi corazón ha elegido, el que siempre ha estado ahí para mí, pero oculto entre la maleza. Este fin de semana se ha confirmado en mí mente física lo que mi alma sabía desde un principio: mi misión en esta vida es ayudar a las mujeres, ser parte de sus vidas, acompañarlas, crecer con ellas.

Toda mi vida he luchado por un mundo justo, enfocando la lucha de forma claramente prioritaria en la defensa de los derechos de la mujer, en la igualdad plena entre mujeres y hombres. Pero mi lucha estaba incompleta, pues me limitaba a querer ser igual que el hombre jugando a su juego, con sus cartas. 
De un tiempo a esta parte se ha despertado en mí la influencia de lo femenino ancestral, la mujer salvaje, la "diosa". He comprendido que no puedo pretender ser igual al hombre en un mundo en el que la esencia femenina original está enterrada y pisoteada. Las mujeres estamos desconectadas de nuestra alma femenina y, sin su restablecimiento, la igualdad sólo podría ser una ilusión.

Me he dado cuenta que no busco la igualdad, pues no somos iguales. La madre naturaleza nos ha hecho distintxs en esencia. Los hombre son hombres y las mujeres son mujeres. Existe una distinción necesaria sin que en ello se entienda (ni mucho menos) que unos son mejores que otras, o viceversa. Debemos reencontrarnos con nosotrxs mismxs para poder crear el mundo que siempre debió existir. Este mundo no nos sirve; si todo está formado por lo femenino y lo masculino y una de esas partes está eternamente amordazada, ¿cómo va a funcionar? Debemos reconectarnos con nuestra esencia, con nuestra naturaleza más primitiva, con nuestrx lobx interior para crear desde ahí el mundo que nos merecemos, en igualdad de condiciones. 

Llegó a mí en forma de regalo una invitación para participar en la Bendición Mundial del Útero ofrecida por Miranda Gray; sin saber muy bien en qué consistía acepté, por supuesto. El pasado 2 de agosto algo en mí se despertó: mi alma femenina regresó a su hogar y entendí que quería permanecer en ese estado durante el resto de mi vida.
Fue entonces cuando decidí investigar y descubrí quién era Miranda Gray, qué era "Luna Roja" y todo lo que suponía menstruar y ser mujer, desde el punto de vista ancestral y puro. Descubrí un nuevo ser en mí, una mujer auténtica que se desperezaba y se quitaba las telarañas tras salir del escondite dónde la habian metido, hacía ya miles de años. Viejos patrones anclados en mí, cuya existencia ignoraba por completo, cayeron por la borda empujados por una fuerte conciencia femenina. Supe que mi camino tenía rostro de mujer, de mujer auténtica, que el feminismo me había llamado siempre para acabar metiéndome en el camino en el que se mezcla con la feminidad y caminan cogidos de la mano. La lucha por la liberación de la mujer era para mí más real y estaba más vigente que nunca. El feminismo con feminidad es y ha sido siempre mi misión.

Así, investigando, descubrí la formación de Moon Mother impartida por la propia Miranda Gray... y en ello he estado este fin de semana. Esta iniciación ha superado con creces toda expectativa. He pasado un fin de semana rodeada de mujeres maravillosas, de energía amorosa y divina, de emociones, de sensaciones, de sentimientos. He empezado un camino personal y espiritual tan puro que, al parecer, todavía no me lo creo.
He sentido en todo momento que debía estar ahí, que el camino elegido es el correcto, que esto no ha hecho más que empezar, que debo aprender y dejarme guiar por la presencia de lo femenino ancestral que me acompañará para siempre y me enseñará a enseñar y a guiar a otras mujeres.
Soy consciente de mi responsabilidad, de mi papel y de mi obligación: divulgar lo sagrado femenino, ayudar a la mujer a reencontrarse y amar, amar con todas mis fuerzas.

Gracias Miranda Gray por darme esta oportunidad que tanto me llena. Gracias Sophia Style por hacerlo posible. Gracias a las dos por vuestra cercanía y vuestra sabiduría. No tengo palabras para agradecer... humildemente INFINITAS GRACIAS. Espero volver a encontraros personalmente en el camino.

Me voy a dormir llena de dicha. Mañana empieza mi nueva vida y debo estar preparada.

2 comentarios:

  1. YO TABIÉN HE RECIBIDO LAS BENDICIONES DE ÚTERO DE MIRANDA GRAY Y REALMENTE SON INDESCRIPTIBLES.ME ALEGRO DE CORAZÓN QUE HAYA MUJERES COMO TÚ...HERMANA, AMIGA, MADRE, AMANTE....UNA MUJER EN TODA SU ESENCIA...QUE TANTA FALTA HACE. SALUDOS, SONRISAS Y ACHUCHONES DE OTRA MUJER.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias y lo mismo digo! Las mujeres debemos reencontrarnos con nosotras mismas para caminar juntas, unirnos y crear un mundo más justo y lleno del amor de la energía femenina. Un abrazo muy fuerte hermana!!!

    ResponderEliminar