lunes, 27 de enero de 2014

¡Miedo VETE!*

Últimamente estoy siendo muy consciente de los miedos que nos crea la sociedad, la familia, el entorno en general. Hay realmente mucha implicación en el negocio de asustar a la gente. Y es que parece que hoy en día para ser un/a ciudadanx de bien hay que tener miedo de todo, ¡como si no fuera suficiente con los miedos e inseguridades que unx trae de serie, oigan!
Con mucha atención he sabido empezar a reconocerlos y a espantarlos con mi mano, como si de un mosquito se tratase. Estoy harta de no poder lidiar con los míos, así que ¡lo siento pero no recojo miedos ajenos! Hay que tener los ojos bien abiertos, porque suelen venir de tu entorno más cercano, seguro que con la mejor intención pero... ¡zasca! ahí los tienes.
Durante el año pasado he trabajado gran parte de mis miedos innatos, esos que han nacido conmigo o me acompañan desde que tengo memoria. Queda mucho por hacer pero eso no implica que no pueda estar orgullosa del trabajo que he hecho. He quitado grandes capas de limitaciones y aquí sigo, picando piedra sobre mí misma para llegar al diamante que hay debajo.

Os he de confesar que no lo hago por gusto, lo del diamante lo digo como motivación; no es agradable picotear tu coraza, reconocer el miedo, sacarlo y ponerlo frente a ti, pero llega un momento (una va teniendo una edad) en que es la vida la que te arranca ese miedo y te lo pone delante, y ya puedes temblar, gritar, enfadarte o intentar ignorarlo, cuando tienes que hacer algo lo tienes que hacer. Y punto. 
El libre albedrío no incluye poder evitar lo que has venido a hacer.
Toca saltar al vacío sin mirar lo que llevas en la mochila (si es que llevas mochila), no hay tiempo. La vida me exige que reúna toda la fe que encuentre y salte.

El amor es más poderoso que el miedo. 
Amen y no pasará nada.

* Gracias Janis por el título.

"El miedo hace que el lobo parezca más grande."
Arte Urbano.

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