Creciendo

Me apasiona reafirmarme, comprobar que lo que hago es lo que quiero hacer, que lo que pienso es lo que me nace, que hay coherencia aquí dentro, esa tantas veces asustada cuando se ve cuestionada por la mente y sus (mis) miedos.

Este fin de semana ha sido agotador, pero maravilloso. Mi prima (y tantísimas otras cosas, tantas que no caben ni en cien mil palabras) vaticinó al inicio de estos tres intensos días que lo que en ellos estábamos a punto de vivir marcaría un antes y un después en nuestras vidas. Decir que así ha sido es quedarse corta.

Ha sido la primera feria a la que hemos llevado nuestro proyecto El Rincón sin Tiempo. Sin ninguna experiencia y con todas las ganas hemos ofrecido nuestras terapias y actividades desde una acogedora paradita hecha de telas y cartulinas de mil colores. Puedo decir que nos hemos desenvuelto con mucha gracia (y salero), que hemos promocionado lo que hacemos y que esto tiene futuro. Pero no es eso lo que hace que el corazón baile, sino lo vivido, la sensación de fluidez, el compañerismo, los saludos y las sonrisas, la empatía, las risas, las galopantes emociones y algún que otro reencuentro de almas. Vidas que se cruzan para dejar huella.

Es maravilloso sentirse parte de algo, y fascinante sentir que estás en casa mientras estás rodeada de gente que acabas de conocer, compartir momentos que ya son recuerdos que me acompañarán siempre. 

Este fin de semana me ha demostrado que la buena energía atrae buena energía, que estoy donde tengo que estar y que no puedo dudar de que la vida es bonita y que merece la pena estar abierta cada segundo a recibir las maravillas que nos trae. Están ahí para nosotrxs.

Gracias a todas y cada una de las personas que ha hecho posible que yo esté rebosante de felicidad. Espero que la sincronía haga que os lleguen estas letras, a cada una, a cada uno, para enviaros este abrazo y este enorme GRACIAS. 

Hoy mi alma es más grande. 

"Eres más grande por dentro que por fuera"