miércoles, 15 de mayo de 2013

Alguna vez las mujeres...

Alguna vez las mujeres nos importamos.
Alguna vez las mujeres nos respetamos.
Alguna vez las mujeres caminamos juntas.
Alguna vez las mujeres nos encontramos y nos escuchamos.
  Y fuimos brujas. Y fuimos magas.
Nos tomamos de la mano y mezclamos luz de Luna.
Corrimos desnudas y nos vestimos de viento sur.
Bebimos del mismo néctar y nuestros cabellos danzaron juntos.
Alguna vez nuestra loba fue salvaje y libre, avanzaba al son de los tambores ancestrales, de ritos paganos y por eso sagrados.
Se llenaban de gozo nuestros cóncavos, y las caderas giraban al son del agua.
 Alguna vez... aullamos juntas.
 Un eco solidario surcó alguna vez y sopló la tierra...
  Fuimos una misma raíz que se arraigó en lo profundo.
Nuestrxs cxs bebieron de nuestra leche, nuestra sangre fertilizó lo campos, nuestros amores nos vieron como el opuesto complementario.
Pero los patriarcados y los libres mercados, y los moralistas y los maníacos, y los tecnócratas y los políticos, y las invasiones y las guerras...
Han roto el círculo.
Han hecho de olvido la memoria.
Y Venus cae día a día.
Y el cáliz se transforma en espada.
   Y la sabiduría atávica se convierte en fálica.
Y las vaginas secretan lágrimas.
Y nuestro arcano se esfuma. 
La Madre Tierra grita por sus hijas, cuela sus raíces y se les adhiere en los pies.
Los úteros claman su vuelta a lo profundo. 
Allí donde se esconden nuestras abuelas.
Allí donde se está a salvo de todo peligro.
Allí donde comienza el universo. 
Autor/a del texto y fótografa/o desconocidx
     
  

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