domingo, 2 de diciembre de 2012

Yo sangro, tú sangras, ella sangra...

¡Nosotras sangramos! ¡Qué cruz, por-dios-mío!

Siempre he sido una feminista concienciadísima, he formado parte de la lucha por la emancipación de la mujer desde que tengo memoria; jamás he tolerado las faltas de respeto ni la discriminación en boca de nadie... o eso creía.

Desde la perspectiva en la que estoy subida en este momento me resulta realmente curioso lo mal que nos tratan y lo mucho que permitimos ese mal-trato... hasta el punto que lo empezamos nosotras, para acostumbrarnos quizás.

Como toda mujer que ignora su esencia, se me llevaban los demonios cada mes cuando entre dolores, mal caracter y emociones a flor de piel, mi menstruación me visitaba para quedarse durante casi una semana. 
Cuando decidí empezar a tomar la píldora -la mejor decisión sin duda, pensé- se "calmó" un poco todo. La regla parecía doler menos y mis emociones y malos humos no salían de su escondite. ¡Genial! ¡Y todo por el módico precio de una pastillita diaria que mantiene mis hormonas a raya! 
Ahora, seis años después, me gustaría volver atrás.

Con la Bendición del Útero y Luna Roja conocí también la copa menstrual. Esa sí, amigxs, fue la mejor decisión que he tomado, de momento. Es lo más cómodo del mundo y, a través de ella, descubrí una menstruación que distaba mucho de lo que yo recibía cada mes como una pesada losa que venía a dejarme a medio gas durante unos días; su color rojo, intenso y brillante, su olor a sangre fresca y nada más... era algo que contradecía lo (mal)entendido socialmente como "la regla". 
Aprendí que si me duelen los ovarios a su llegada y durante su estancia en mí es para avisarme de que necesito descansar, y que gracias a su presencia podré ser madre algún día. Que la sangre se puede recoger para darle muy variados usos, entre ellos el de ofrecerla a la tierra para reconectarse con ella, para volver al origen, para entenderlo todo.
Aprendí que podía formar parte de mi arte y mi creatividad, que incluso la incrementaba; que pintar con mi sangre y darle un lugar en un lienzo era dárselo también en mi vida. Es un ritual muy potente de regreso a la propia esencia.

Toda la vida se nos ha educado con miedo al total rechazo- ¡y con razón! (¿!?)- si alguien podía llegar a intuir que estamos en, ya sabes, "esos días". Se nos ha enseñado que lo lógico es esclavizar, deslegitimar, someter y humillar a las mujeres porque somos mujeres y nos lo hemos tragado; seremos partícipes de esto mientras no expulsemos los patrones contrarios a nuestra naturaleza que han crecido en nuestro interior.
La sociedad ha matado el significado de la esencia femenina, quizá por ser algo demasiado complicado. Se nos ha desconectado del origen y hemos consentido. Es el momento de despertar.

Antiguamente se respetaba lo femenino hasta el punto de considerarlo sagrado; las mujeres eran honradas por su sabiduría innata en la que se incluía el hecho de menstruar como elemento clave. 
Sangraban juntas -pues los ciclos menstruales de un grupo de mujeres que conviven se coordinan- para ofrendar a la tierra toda su esencia y reconectarse con ella y con la Luna, bailando con sus fases y adoptándolas en sí mismas. Así su cuerpo contenía cuatro formas de mujer.

Agradezco enormemente estar en el momento en el que estoy, poder disfrutar de la esencia ancestral que se ha despertado en mí, disfrutar de ser mujer.


Ahora mi sangre me inspira. Y me encanta.

Ilustración de Juliaro Arte

10 comentarios:

  1. Es una pena que sólo aquellas a las que nos da tiempo a echar de menos nuestra regla durante meses,seamos casi las únicas que sabemos valorar nuestra sangre menstrual.
    No lo digo por ti, que ya se ve que aprecias tu sangre y la respetas como sagrada que es...lo digo por los todos "qué asco" que he tenido que escuchar a lo largo de mi vida.
    Las que no menstruamos cada mes sabemos cuánta falta nos hace.Se notan las faltas en todos los sentidos. Una vez más, el ser humano sólo valora lo que tiene cuando lo pierde....es una pena que muchas no sepan valorarlo cuando lo tienen, en vez de despreciarlo.

    Un abrazo!

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    1. Gracias por comentar, Artemis! Tienes razón, es una mala costumbre del ser humano. Hay que trabajar para cambiar conciencia, sobretodo en las mujeres; aceptar y amar tu sangre te hace libre! Espero que estés bien. Un fuerte abrazo, espero verte por aquí :)

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  2. No lo podría explicar mejor ni más claro. Gracias Lara

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    1. Gracias a ti, por leerme, opinar y por todo lo que aprendo :D

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  3. Tanit Astarté10 diciembre, 2012

    Encantada de leerte, como siempre, y de aprender de ti y contigo... De tu mano he aprendido a apreciar la mujer que soy y conectar con mi fuerza espiritual y femenina, y estoy convencida de que nos espera un largo camino por recorrer juntitas... <3

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    1. Para ti no tengo palabras, sólo un largo camino recién iniciado que tiene por destino algo grande. ¡Lo sé!
      Cuando descubrí que había vivido engañada y empecé a sentirme y verme de otra forma no dudé en contártelo pues, como con todo, encuentro en ti un apoyo y una mirada cómplice.
      Somos mujeres nuevas, pero lo esencial no cambia :) <3

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  4. Justo releo este post cuando me estoy volviendo loca para elegir la copa menstrual. Hay tanta variedad que no sé cuál coger. ¡¡Ahhhh, socorrooo!!
    Pero es que estoy deseando reconciliarme con mi ciclo, y sé que mientras siga usando tampones no lo voy a conseguir.
    Un abrazo

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    1. Jajajaja genial! Brillante decisión! Te recomiendo fleurcup, no son caras y son suaves suaves! Ya contarás tu experiencia ;) un abrazote!

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    2. Aleee, venga... ¡¡otra marca más!! jajajaja.

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